Saludos de parte
del Comandante Decker, que este día en particular trae el recuerdo de una tragedia
que conmovió no solo a una nación sino también a un planeta lleno de
expectativa con respecto a la última frontera y la fascinación del hombre por
explorarla.
Un día 28 de enero de 1986 (hace treinta años), que parecía normal en todos los sentidos, vería el despegue
de su decima misión (STS-51-L) con rumbo al espacio, algo que pareciera en ese
momento algo trivial, si no aburrido.
La tripulación de
este vuelo espacial era muy especial, ya que por vez primera viajaría un
tripulante civil, sin entrenamiento como especialista científico o como piloto.
El gobierno de
los Estados Unidos había lanzado una convocatoria para seleccionar a un maestro
de enseñanza escolar, para su programa Maestros en el Espacio, cuya finalidad
era la de establecer un enlace entre la población escolar y el programa
espacial de la NASA.
Cientos de
candidatos se apuntaron, pero al final quien iría en el Challenger para la
primera clase en el espacio seria la maestra Christa McAuliffe, de la escuela
secundaria Concord, de New Hampshire, EU.
Luego de un breve
periodo de entrenamiento en la NASA, la maestra McAuliffe se reuniría con sus
compañeros de misión. En un momento el despegue se había pospuesto por el mal
clima pero el 28 de enero se dio luz verde para el mismo.
Después de
abandonar la torre de lanzamiento, un minuto y trece segundos después (73 segs.), el Challenger
estallo…
Poco o nada se podría
hacer para tratar de salva a los tripulantes, quienes se piensan murieron al
instante o pocos segundos después de la explosión.
Una comisión se
formo, y se determino que un anillo de caucho que sellaba una sección de uno de
los cohetes laterales fallo y permitió una fuga de combustible que a la postre
ocasiono la explosión.
Estados Unidos
lamento la pérdida de vidas de la tripulación, pero más que nada lloro mas por
el hecho que la maestra Christa (como le decían), quien se había vuelto una
celebridad pero sobre todo una figura familiar para la nación había dejado un vacio
enorme con su sentido fallecimiento.
Los Reagan atendiendo un memorial de la tragedia del Challenger |
La NASA tuvo que
reevaluar su programa de transbordadores, y a pesar de la tragedia, prosiguió con
el mismo hasta el año 2011. La tragedia puso en perspectiva que el progreso
debe continuar, a pesar de los tropiezos en el camino.
“Ad astra per aspera” (Hasta las estrellas
mediante el sacrificio).
Así pues, es meritorio que recordemos a los hombres y
mujeres que viven nuestros sueños y anhelos para llevar a cabo nuestro progreso
y sucumben en su empeño por alcanzarlos.
Fila posterior: Ellison S. Onizuka, Sharon Christa
McAuliffe, Greg Jarvis, y Judy Resnik.
Fila frontal: Michael
J. Smith, Dick Scobee, y Ron McNair. |
Soy el Comandante Decker, esperando haberles brindado un
momento de reflexión y de remembranza, esperando a que no abandonemos nuestros
sueños y seguir luchando por ellos.
STS-51-L |
Hasta la próxima.
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